Escuché éste testimonio en una predicación en la congregación éste año.
Le doy la gloria a Jesucristo, por las obras que cada día hace.
Los creyentes de la iglesia en un pueblo, estaban siendo molestados por un grupo de personas, que venían y los agredían lanzándoles objetos y haciendo toda clase de ruidos para interrumpir los cultos.
Hasta que un día un borracho de por esos contornos dijo: yo defenderé ésta gente que no se defiende.
Y se paró en la puerta de la iglesia durante cada culto, con un machete en la mano, dando la mirada hacia la calle.
Con el transcurrír de los días, cambió el machete por un revolver, que colocó en su cintura, haciendo alarde de ello para no pasar desapercibido .
Las cosas que Dios hace para defender a su pueblo; a cualquier persona usa como instrumento para que sus hechos hablen de su grandeza.
Este hombre ahuyentó a los sabotiadores,
Y un día cualquiera, éste borracho que daba la espalda a la iglesia, giró su cuerpo y su mirada hacia adentro, para escuchar la palabra de Dios.
ROMANOS 10, 17
Así que la fé es por el oír, y el oír , por la palabra de Dios.
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