...Y SE PUSO A LLORAR

EN UNA DE ESAS NOCHES QUE MI HIJA TRABAJÓ; EN LA FARMACIA DE ESA  CLÍNICA
DURANTE TRES AÑOS; LLEVANDO LOS RESPECTIVOS MEDICAMENTOS, A LOS DIFERENTES
PISOS DEL EDIFICIO.
APENAS ESTABA ESCUCHANDO LA PALABRA DE DIOS EN LA IGLESIA Y CONOCIENDO
EL PODER DEL NOMBRE DE JESÚS.

HABÍAN PEDIDO EL MEDICAMENTO LLAMADO DORMICUN.
ME DISPUSE A ENTREGARLO:  SE ENCONTRABA ALLÍ UN JOVEN EN SILLA DE RUEDAS
QUE YA SE LE HABÍAN INYECTADO DOS DOSIS Y NO HABÍAN PODIDO DORMIRLO;
LO ACOMPAÑABA SU MADRE, INCAPAZ DE HACER ALGO POR ÉL.
SE ENCONTRABA ALTERADO, Y TRATANDO MAL AL PERSONAL DE ESA NOCHE.

UNA DE LAS ENFERMERAS  ATENDÍA A OTRO PACIENTE; LA OTRA ESTABA ENCERRADA
EN EL BAÑO, PORQUE ÉSTE MUCHACHO LA AMENAZABA DE QUE LA IBA A MATAR.
LAURA TRATÓ DE CONVENCERLO DE QUE ELLAS LO HACÍAN POR EL BIEN DE ÉL,
QUE COLABORARA.
ANTE TAL SITUACIÓN  LAURA DIJO AL PACIENTE:
LE ORDENO EN EL NOMBRE DE JESÚS,  QUE REGRESE A SU HABITACIÓN;
INMEDIATAMENTE EMPEZÓ A LLORAR Y A DECÍR QUE SE QUERÍA ÍR PARA LA CALLE Y
QUE ELLAS NO LO DEJABAN.
MOVIÓ LAS RUEDAS DE SU SILLA, Y OBEDECIÓ.
ENTONCES LA ENFERMERA SALIÓ DEL BAÑO.
LA GLORIA SEA PARA JESUCRISTO.
 
SANTIAGO 2,19
TÚ CREES QUE DIOS ES UNO; BIEN HACES.
TAMBIÉN LOS DEMONIOS CREEN, Y TIEMBLAN.